24 de noviembre de 2009

Imagine usted

Raúl tiene ELA 02




Imagine usted por un momento que un día normal, a una hora normal, en su quehacer normal, de pronto, su mano deja de hacerle caso, deja de moverse. "Será por usar tanto el ratón", se dirá a si mismo. Y seguirá a lo suyo, esperando que vuelva todo a la normalidad.
Pero la normalidad no regresa.
A las pocas semanas, usted ya no puede mover el brazo al completo. Empieza a asustarse. Pero intenta seguir con su vida normal. Sigue esperando que todo cambie de nuevo, y vuelva a la normalidad.
Pero la normalidad no regresa.
Otro día, de pronto, usted deja de mover las piernas. Por completo, ni siquiera un poquito. Se asusta, claro. No sabe a qué se puede deber, y ya lleva un tiempo sin mover el brazo. Incluso empieza a costarle mover la otra mano. Su mujer y usted deciden acudir al médico.
La normalidad ya nunca regresará.
Usted tiene una enfermedad rara, ELA. "¿ELA, qué demonios es eso?", se pregunta. Los médicos le explican que su caso es casi imposible de tratar, porque le sucede a muy pocas personas.
"¿Por qué a mi?", se pregunta usted.
También le explican que la mortalidad es prácticamente del 100%. El 100% es un porcentaje incontestable, usted sabe que estará en ese porcentaje.
También le cuentan que la esperanza de vida es, normalmente, de 6 o 7 años. Y que usted tiene la enfermedad desde, por lo menos, tres años. Haciendo cuentas, usted llega a la conclusión de que no le queda mucho tiempo. Además ya le han dejado claro que su enfermedad no tiene cura. Y si algún día la tiene, es probable que usted no lo vea.
La normalidad que usted conocía ya nunca regresará.

A partir de aquí, usted difícilmente podrá imaginar lo que puede suponer vivir con esta enfermedad. Es difícil imaginar una vida anclada a una silla de ruedas, a un respirador, a un extractor de flemas...Y a otra persona. Porque usted ya no podrá vivir solo, ni vestirse solo, ni comer solo, ni mear solo, ni bañarse solo...Su cuerpo ya nunca le hará caso. Usted ya no tiene el control. Solo podrá pensar en ello.
Imagine usted.


Si usted aún no ha podido imaginar cómo sería su vida con esta enfermedad, ELA. Quizás le sea de ayuda leer el blog de Raúl. Él ya está viviendo con esta enfermedad. Y él vivía su vida normal, como usted, como yo. Hasta que dejó de ser así.
yanopuedoperoaunpuedo.blogspot.com/