13 de diciembre de 2007

Punky perdida: nosotros no vamos a ayudarla




Punky perdida: nosotros no vamos a ayudarla
Por su propio bien, porque cada cual ha de encontrar su propio camino, a esta punky perdida no sólo no le indicamos su camino sino que intentamos entorpecérselo. Como veis, señala una parada en la línea azul. O sea, que iba a Malasaña o sus inmediaciones. Pues bien, os contaré que nosotros también íbamos allí. Enfilamos Fuecarral parriba, pegando por aquí, haciendo fotos por allá. Hete aquí nuestra sorpresa al encontrar ese día una puerta dibujada con tiza en el suelo, a la altura del mercado (más pijo que El Corte Inglés a pesar de sus punkis personajes). La puerta se abrió. Bajamos y seguimos un pasillo. Al final de él, estaba la punky, pero algo rara. Sus ojos tenían un brillo rojo. Sacó una lengua esculpida al estilo serpiente. Abrió la boca y nos invadió un olor fétido. Caímos al suelo, desmayados. Luego, sólo recuerdo un ruido y los ladridos de varios perros. Despertamos en la calle, llenos de golpes. Desde entonces, soy muy amable con la gente que me pregunta cosas por la calle. La puerta del infierno, no la hemos vuelto a encontrar.

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