El periodismo está muerto, dirán algunos. Desde el Mejillón creemos que no, que está más bien de parranda. Lo podemos ver en dos ejemplos muy gráficos.
El primero, una página del Diario ADN, en un tema de columna, con una finalización tan contundente como conceptual. Una imagen de Albiol en blanco. Parece una obra post-moderna de arte contemporáneo, el blanco del apellido, el blanco del papel, la unión del significado y significante en una sola puesta en escena. El periodismo 2.0, la información como obra de arte. La evolución natural de la falta de contenidos, ante la devaluación (hasta la práctica inexistencia) de la supuesta necesidad de la ciudadanía de ser informados.
Sin querer hacer sangre con el tema del error editorial en prensa, quizás sirva este otro ejemplo de gran contundencia visual (de nuevo), en el que podemos observar como ni un solo eslabón de la cadena de montaje de otro periódico local de Madrid ha apreciado fallo alguno en esta publicidad del Ayuntamiento de Moralejadeenmedio.
Entendemos que, tal y como sucede con la información local gratuita, lo que dice un Ayuntamiento, es verdad, luego el modo en que lo dice, debe ser igualmente irrefutable, tenga faltas de ortografía propias de 2º de E.S.O, o no.
Aunque después de escuchar en boca de un becario de periodismo esta misma mañana "¿La cañada Real?¿Y eso qué es, un poblado de chabolas?", la misma persona que es capaz de escribir 5 breves en una misma página con 15 tildes mal colocadas, y observar cómo el sistema educativo haya promocionado a este ser humano inocente hasta casi el último año de carrera, no es sino un síntoma de la decadencia de una profesión, del status de un servicio público que ya no vale nada, ni se le espera.
