“Los españoles íbamos con contrato de trabajo”. “No quieren integrarse”. “Emigración masiva”. Los argumentos para alimentar la xenofobia empieza siempre con la frase “yo no soy racista, pero…”. Los mejillones estamos hasta las putas vulvas de escucharlo.
Uno. Según el profesor Carlos Sanz Díaz, de quien los mejillones estamos leyendo unos textos, un tercio de la emigración hispano-alemana en los 60 fue “ilegal”. De hecho, los acuerdos entre Gobiernos que propiciaron la emigración hacia Alemania no hicieron más que atender una realidad, es decir, las personas en España vivían pobremente y querían mejorar su situación, ergo, se buscaban las castañas en otros sitios como Alemania, que tenía unos sueldos y un nivel de vida mucho mayores. Los españoles ya se iban antes de hacerlo con contrato y, tras los acuerdos, siguieron marchándose, y no siempre por el cauce oficial. De hecho, el Gobierno de la dictadura consideraba “ilegales” a todos aquellos que se iban por su cuenta y riesgo, sin pasar por el Instituto de Emigración Español, a pesar de que muchos lograban regularizar su situación en Alemania y, por lo tanto, eran totalmente “legales” para la República Federal Alemana. Es sólo un ejemplo para decir que NO ES CIERTO QUE LOS ESPAÑOLES SÓLO HAYAN EMIGRADO CON CONTRATO.
Dos. Esto nos lleva a otra pregunta: ¿Qué es ser “ilegal”? Siguiendo el ejemplo anterior, lo que para el Régimen franquista era inmigración “ilegal” no lo era para el Gobierno germano, o sea, la “legalidad” de algo no es objetiva, sino una decisión de unos Estados en función de unos intereses. ¿Alguien se imagina cruzarse con un ser vivo, por ejemplo, un mejillón, y preguntarse si es o no “legal”? A los mejillones nos avergüenza vivir en una sociedad en la que podamos permitirnos describir a nuestros semejantes en esos términos. Nos da asco. NINGÚN SER HUMANO ES ILEGAL (y tampoco ningún mejillón, aunque un día podemos hablar de la inmigración masiva de mejillones cebra).
Tres. En los foros xenófobos, sorprende la línea radical que esta gente establece entre lo que llama “españoles” y aquellos que considera “inmigrantes”. Y nos preguntamos: ¿Es inmigrante una persona que nación en Marruecos y ha vivido media vida en España? ¿Lo es el hijo de un argentino que es hijo de españoles emigrados? ¿Y un chino que vino a España con pocos meses y apenas habla el idioma de sus padres? Hace poco, una experta en el tema, María Gascón, hacía una conferencia con este título: ¿CUÁNDO LOS INMIGRANTES DEJAN DE SERLO?
Mejillones, almejas, por favor, no dejemos que cale el discurso del miedo. ¡Ni una gilipollez más sin respuesta!
10 de marzo de 2010
Mentiras
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2 comentarios:
Gracias,gracias!
Como (in)migrante (y)legal,nieto de gallegos y padre de gallegos...este sandwich nacional-humano agradece que tantos y tantos españoles seáis tan comprensivos y tolerantes...
Con gente como vosotros me siento de verdad como en casa en España.
Con gente como los "otros" en realidad preferiría ser extraterrestre...
NINGUN SER HUMANO ES ILEGAL.Tan elemental y tan poco incorporado que se tiene este concepto!
Salud,compañeros!
bueno bueno, no te congratules tanto que todo esto lo hacemos por tener más visitas y un día hacernos ricos, eh! así que además de inmigrante, gallego... ya sabes lo que se ha dicho por aquí de vuestra especie? saludos ilegales!
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