Esperanza en negro

Hay dos acontecimientos recientes que me han dado esperanza y me han hecho un nudo en la garganta. El primero fue después de un partido de la selección. No sé cuál era pero sé que ganó la selección (española, claro). Poco después del partido, oigo un rumor de tambores y timbales que sube por la calle Doctor Cortezo y avanza hacia Sol. Me asomo al balcón y veo un numeroso grupo de negros (y pienso decir negro porque ni me interesa ser políticamente correcta y mucho menos utilizar eufemismos) que avanza bailando con banderas de España. Nunca me emocionó así el rojo y gualda. La misma bandera que he mirado con recelo en otras ocasiones era, de repente, un motivo de orgullo y plenísima emoción. Perdí el miedo a las banderas (y sirva como antecedente lo que ya se ha dicho aquí sobre las banderas en otro post, que para bandera mis bragas atadas a un palito).

El otro acontecimiento vino del mismo sitio. Desde Lavapiés subía un montón de negros, pero esta vez se les había unido un nutrido grupo de blancos. Pedían a gritos “libertad”, y puedo decir que desde estos balcones desde los que he visto tantas marchas, no he oído gritos más sinceros que los de esos manteros y simpatizantes que pedían papeles y libertad para su compañero, acusado de “piratería” por vender CD’s. Uno de ellos me preguntaba por qué no hay fronteras para el dinero y sí las hay para las personas. Otro me contaba que después de haber estado en cuatro países de Europa, sólo en España había visto un gran racismo en las administraciones: “¿has visto alguna vez un vigilante negro, un empleado negro en una biblioteca o en un ministerio?”, me decía. Pues no.


Más fotos en...
http://www.flickr.com/photos/olmogomo-rotos/